Mujeres intersexuales con barba: Yela

Nunca he podido dejar crecer mi barba del todo.
  • Para nuestro proyecto “Mujeres intersexuales con barba” entrevistamos a Yela, una mujer intersexual de Venezuela.

 ¿A qué edad te comenzó a crecer la barba? ¿Cómo fue para ti?

A los 12 años ya empecé a presentar vello facial, no solo en la barbilla si no también en el bozo. Para mí no fue tan traumático el solo hecho de tener vello facial, me afectó cuando comenzaron las críticas las miradas curiosas y las burlas tanto en casa como fuera de ella.

 

¿Hiciste algo para eliminarla?

Sí, usaba una pinza y trataba de sacar todos los vellos que pudiera, pero no fue suficiente. Cuando comencé a trabajar, pude pagar una depilación laser, pero no me funcionó mucho jajaja.

 

¿Has sufrido discriminación por tener barba?

Sí, una vez un jefe en tono burlista me dijo: “la mujer barbuda de lejos se saluda”, era como un chiste para él. Luego me dijo: “en serio trata de hacer algo para eliminarla, eso no se ve bien en una mujer”.

 

¿Qué te gusta y que no te gusta de tener barba?

Me gusta porque se siente bien al tacto jajaja. También pienso que tener barba es parte de mí y no tendría porque ocultarlo. Lo que no me gusta es que la barba no me sale uniforme, o sea, me sale una parte por aquí, otra por allá jejeje ¿sí me hago entender?

 

¿Qué te ayudo a aceptar tu barba?

Lo primero fue reconocer y aceptar que soy una mujer intersexual y que no hay nada malo en ello. Al comenzar a amar mi cuerpo acepte todo de él, hasta el vello facial.

 

¿En esta pandemia o en otras situaciones has dejado crecer tu barba?

Nunca he podido dejarla crecer del todo. Lo más que la he dejado crecer es una semana o dos.

 

¿Alguna anécdota que tengas?

Una vez me estaba besando con alguien, era de noche y me dice: “siento que cuando me besas algo me pincha” jajaja ¡ups!

 

¿Algo más que quieras agregar?

El vello facial fue algo que me causó mucho sufrimiento, sobre todo en la adolescencia. Viví muchos momentos incómodos a causa de ello, lloré mucho, mientras más me salía, más quería desaparecer. Falta de información de mi parte, y falta de respeto y empatía de la sociedad.

Mujeres intersexuales con barba: Bea IS

  • Para nuestro proyecto “Mujeres intersexuales con barba” entrevistamos a Bea IS, una mujer intersexual de Perú.

 ¿A qué edad te comenzó a crecer la barba? ¿Cómo fue para ti? ¿Hiciste algo para eliminarla?

Hola, mi nombre es Bea IS, tengo 28 años, soy de Lima, Perú. Tengo una variación intersexual conocida como hiperplasia suprarrenal congénita (HSC) [solo en algunos casos la HSC está asociada a la intersexualidad]. La barba me comenzó a crecer entre los 12 y 13 años más o menos, a medida que pasaba el tiempo me salía con más intensidad y con mayor grosor, fue para mi algo complicado porque yo iba al colegio, al secundario, así que siempre trataba de ocultarla, depilándome con pinza o con una máquina de depilar, pero era algo muy complejo porque me dejaba la piel lastimada, a veces me llevaba mucho tiempo sacarla y era muy cansado, ya que lo hacía casi todos los días y la verdad era muy estresante para mi esa situación.

Hice muchas cosas para eliminarla, al principio simplemente la sacaba con pinzas y máquina, luego, a los 22 años, me hice una depilación laser, al principio resulto algo bastante bueno porque redujo el volumen y también la cantidad que salía, así que tuvo beneficios, sin embargo, después tuve un problema, porque el láser que usan para la depilación me produjo quemaduras intensas en la piel, por lo cual estuve internada un mes en el hospital, ni siquiera podía darme la luz porque mi piel estaba muy delicada.

 

¿Has sufrido discriminación por tener barba?

No he sufrido discriminación específicamente por tener barba, pero sí por el conjunto de caracteres físicos que poseo como persona intersexual. La barba casi siempre me la retiraba, pero algunas veces sí me pasó que me topaba con alguna persona, nos saludábamos de mejilla, y les pinchaba mi barba, y me decían: “noooo, ¿tienes barba?”, y cosas así.

Esto para mí era una situación demasiado vergonzosa en la cual sentía se ponía en tela de juicio mi identidad y esto lastimaba mi autoestima.

 

¿Qué te gusta y que no te gusta de tener barba?

La pandemia del covid 19 ha sido un punto de quiebre vital para mi vida, antes de la pandemia no dejaba aparecer un mínimo vello en mi rostro (barba y bigote), durante años repetía el ritual de depilación que tanto dolor físico y emocional me causaba.

Durante los años de pandemia encerrada en casa deje crecer mi barba ligeramente, cuando salía de casa me la cubría con la mascarilla.

He reflexionado frente a este echo intentando sentirme realmente a mí, intentando evadir los prejuicios, la idea de mujer y belleza que aprendí, buscando deconstruir estas ideas.

He llegado a la conclusión que no odiaba mi barba, odiaba las sesiones dolorosas de depilación diaria.

No odiaba mi barba, odiaba la burla, el bullying, las miradas cuestionadoras que me acosaban por tener barba.

No odiaba mi barba, odiaba los prejuicios instalados en la sociedad que me empujaba a encajar en la idea contemporánea de mujer que tiene el mundo.

De hecho, descubrí que me encanta mi barba y ahora no solo la dejo crecer, sino que también la modelo para que acentúe con mi estilo.

 

¿Qué te ayudo a aceptar tu barba?

Reflexionar entorno a aquello que yo sentía y deconstruir los prejuicios mentales sobre la idea contemporánea de mujer.

Conocer a otras mujeres con barba me ha sido de gran ayuda, así como conocer como estas mujeres enfrentan la misma situación por la que yo también atravieso.

También me ha ayudado acercarme a espacios seguros donde puedo ser yo misma sin sentirme en riesgo ni cuestionada, sino por lo contrario, espacios donde se celebra mi diversidad humana.

 

¿En esta pandemia o en otras situaciones has dejado crecer tu barba?

En esta pandemia, la he dejado crecer un poco más que antes, le preguntaba a mi novia constantemente si se me notaba la barba, ella siempre decía que no y yo me quedaba más tranquila, ya que al haber atravesado situaciones vergonzosas por tener barba, temía pasara lo mismo.

Estuve viviendo un tiempo en Argentina, y cuando retorné a Perú, gracias a la mascarilla me di la oportunidad de cubrir mi barba y no depilarla más, mi barba comenzó a crecer tanto que empecé a modelarla.

Cuando me encontraba en un espacio seguro, la mostraba, al principio con mucho miedo, luego con un poco más de confianza, y así, de a poco, fui normalizando el tener barba.

Actualmente vivo en Argentina, al principio temía la reacción de las personas de mi entorno cuando notaran mi barba, felizmente no he tenido inconvenientes en mi círculo social y disfruto de ser yo y de mi barba sin miedo al qué dirán

Dejarme crecer la barba ha sido el primer paso hacia mi libertad, hacia el mostrarme tal cual soy sin intentar encajar en los típicos estereotipos sociales.

Libertad, es poder ser unx mismx.

 

¿Algo más que quieras agregar?

Me gustaría decirles a aquellas mujeres que tienen barba:

Al igual que tú, he vivido situaciones en las que he sentido mucha vergüenza, miedo, dolor físico y emocional, sin embargo, déjame decirte que no eres tú la que tiene que depilarse la barba, no eres tú la que debe pasar horas y horas resistiendo la pinza o el láser, no eres tú la que debe eliminar los vellos, es la sociedad la que debe deshacerse de cada prejuicio, de cada acto de discriminación, bullying y malos tratos que ejerce contra nosotras.

Es la sociedad la que debe “depilar” los estereotipos sobre los que se fundamenta la idea de mujer.

Es la sociedad la que debe arrasar con todo esto, porque en un mundo tan diverso y maravilloso como el nuestro, no se deben limitar nuestras diversidades corporales.

El mundo es como un jardín de flores, rosas, jazmines y margaritas, y tú eres una flor más que forma parte de este jardín tan hermoso y diverso, eres igual de hermosa y maravillosa como las otras flores, ámate y valora tu maravillosa diversidad.

 

En gustos se rompen géneros | Por Kar

Soy Kar, cuando nací no sabían si era niño o niña, me realizaron estudios, y como mis cromosomas son XX, me asignaron niña y mi diagnóstico fue Hiperplasia Suprarrenal Congénita, que, entre más cosas, hace que los niveles de testosterona aumenten. Después supe que las personas que nacen como yo, se les llama intersexuales. Por suerte no me realizaron cirugías “correctivas”, pero los médicos si me dieron tratamientos hormonales con estrógenos (sin preguntar si yo los quería o no) para tratar de “feminizar” mi apariencia, nunca lo lograron y mi apariencia siempre fue andrógina, pero más masculina, desde pequeño me han confundido con un chico, actualmente siento que mi identidad es más masculina y ya no me molesta si me dicen que soy hombre o mujer. Podría decir que mi identidad es no binaria, aunque mucho tiempo si me molestaba cada que me confundían con hombre, actualmente no me importa, incluso a veces uso pronombres masculinos y otras femeninos, dependiendo de la situación en la que me encuentre, por ejemplo, como en mi identificación dice que soy mujer, en mi trabajo uso pronombres femeninos, y en mi vida cotidiana a veces uso pronombres másculinos. Aunque aclaro que la mayoría de las personas que nacen como yo, si se identifican como mujeres o como hombres, la intersexualidad no es una identidad de género, ni un “tercer sexo”

A continuación contaré una experiencia que viví en mi trabajo.

Trabajo en una tienda departamental, me encontraba en la entrada de la tienda, recibiendo a los clientes, y por la situación del COVID, a cada uno tengo que tomarles la temperatura y ponerles gel desinfectante en las manos para que puedan ingresar.

Llegó un cliente, le tome la temperatura como ha todos los clientes y le puse gel, notaba que me observaba de manera insistente y extraña, no le di importancia.

Cuando se retiraba de la tienda, se paró muy cerca de mí, y así fue la conversación que tuvimos:

Cliente: Estas muy guapo, ¿cómo te llamas?

Yo: Me llamo Karla

Cliente: ¿Karla? ¿Eres hombre o mujer?

Yo: Mujer

[Silencio incómodo que duró varios segundos, mientras procesaba la información]

Cliente: ¡Ah!… ok…. y…. ¿tienes novio, esposo?

Yo: No tengo tiempo, hay clientes esperando.

Cliente: Pero… estas muy guapo…

[Silencio incómodo]

Luego me tomó un momento del brazo y se fue.

Apenas se fue el cliente, inmediatamente me puse gel desinfectante en brazo por el COVID.

La verdad, estas situaciones me resultan graciosas, no me ofendió que me preguntara que si soy hombre o mujer, ya estoy acostumbrado a este tipo de preguntas, pero esta pregunta puede ser invasiva y no le vas preguntando a las personas que si son hombres o mujeres. Lo que si me resulta extraño que a pesar de que ya le había dicho que era mujer siguiera hablándome como hombre.

Si les pasa algo parecido no hay que tomárse muy serio lo que te digan, lo importante es que tú sepas lo valiosa (o) que eres y no tener miedo de ser tú.

Mujeres intersex con barba: Laura Inter

  • Para nuestro proyecto “Mujeres intersex con barba” entrevistamos a Laura Inter, coordinadora de Brújula Intersexual.

Laura barba

 ¿A qué edad te comenzó a crecer la barba? ¿Cómo fue para ti?

Tengo Hiperplasia Suprarrenal Congénita (HSC) clásica no perdedora de sal, que significa que mis glándulas suprarrenales no producen el cortisol que deberían, por lo tanto, mi cuerpo suple esa falta de cortisol produciendo más testosterona. Un nivel considerado alto de testosterona puede provocar que la persona llegue a la pubertad a una edad demasiado temprana, es decir, la persona puede crecer demasiado rápido y quedar en una estatura muy baja, y puede comenzar con otros cambios propios de la pubertad cuando aún es muy pequeña, como es el crecimiento de vello corporal. Para bajar el nivel de testosterona me daban un medicamento llamado prednisona, el cual tomé desde muy pequeña hasta la adolescencia, que fue cuando dejé de crecer, y el endocrinólogo me fue quitando el medicamento poco a poco. Al dejarlo, noté que mi salud mejoró, pero comenzó a crecerme más vello corporal, sobre todo en brazos y piernas, y después me comenzó a crecer vello facial – antes prácticamente no tenía -, y se hizo notorio alrededor de los 20 años. Fue una experiencia que en ese entonces vi como sorpresiva y negativa, no entendía lo que me sucedía, en ese momento no tenía tanta información como ahora, además, tenía miedo al rechazo y a que alguien lo notara y comenzara a burlarse o molestarme.

¿Hiciste algo para eliminarla?

Sí, me depilo constantemente con pinzas, diario tengo que quitarla para que no se note. Lo que hace que la piel de mi barbilla en ocasiones se irrite, además de que algunos vellos se “encarnan” y es doloroso quitarlos. Alguna vez pensé en depilación láser, pero conozco a personas que lo hicieron y sufrieron problemas graves de quemaduras o simplemente no les funcionó. Actualmente la sigo quitando, pero no porque a mí me moleste tenerla, sino porque sé que si no me la quito tendría problemas sociales y podría sufrir bullying y burlas.

¿Has sufrido discriminación por tener barba?

La cantidad de barba que me crece, aunque es mucho mayor que la que le llega a crecer a la mayoría de las mujeres típicas, tampoco es demasiada, así que si la quito diario, casi no se nota. Así que no, no he sufrido discriminación por mi barba, aunque sí ha habido personas que la han llegado a notar y que – sin intención de molestar – me han llegado a comentar que me crecen muchas barbitas, antes estos comentarios me generaban mucha ansiedad e inseguridad, pero ahora ya no.

¿Qué te gusta y que no te gusta de tener barba?

Actualmente, no me gusta ni me desagrada, es simplemente una característica de mi cuerpo. En lo personal no me molesta como se me ve, pero la sigo quitando para evitar burlas u otros problemas sociales.

¿Qué te ayudo para aceptar tu barba?

Me ayudó estar en contacto con otras mujeres a las que les crece barba, y ver que es una característica corporal que no tiene porqué ser exclusivamente masculina, y que hay mujeres que también tienen barba y que se les ve genial. No tiene porqué ser algo negativo, incluso conozco mujeres que se han dejado crecer la barba y que han encontrado estrategias para hacer frente a los comentarios y burlas que puedan hacer las personas, e incluso sé de algunas chicas con barba que ahora son modelos y esa característica corporal ahora es parte de su belleza y atractivo.

¿En esta pandemia o en otras situaciones has dejado crecer tu barba?

En esta pandemia comencé a trabajar desde casa, y fue la primera vez en mi vida que me he dejado crecer la barba completamente. Pensaba que tenía mucho menos barbas, porque me las quitaba diario y no tenía idea de cuantas me crecían, pero descubrí que tengo bastantes y organizadas de manera muy curiosa. También comencé a rasurarme en lugar de quitarme las barbas con las pinzas, y fue una experiencia extraña, algo que nunca había hecho, por primera vez descansé de la depilación diaria y las pinzas.

¿Alguna anécdota que tengas?

En realidad, prácticamente no tengo anécdotas porque siempre me quité la barba, pero ahora que pude dejarla crecer, sí recibí comentarios de un familiar cercano que me vio con mi barba y me insistió que me la quitara.

En una ocasión, olvidé que tenía mis barbas, los vellitos ya estaban bastante largos y se salían a través del cubrebocas de tela, y una persona se dio cuenta y me vio de manera muy extraña.

Video: MUJERES con BARBA nos explican por qué han decidido dejársela | Som Barbàrie

Las mujeres pueden tener barba, y esta bien. No es una patología. Muchas mujeres intersexuales también tenemos barba, y no hay nada de malo con eso.

Gracias al colectivo activista «Som Barbàrie» por visibilizar esta realidad.

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  • Para nuestro proyecto “Mujeres intersex con barba” entrevistamos a Mar IS, coordinadora de Intersex y Andrógino.

 

¿A qué edad te comenzó a crecer la barba? ¿Cómo fue para ti?

Me empezó a crecer como a los 13 años. Al principio apenas si se me notaba la barba, ya que los vellos eran delgados y largos, luego empezaron a hacerse más gruesos y a salir cada vez más. Al principio no le daba mucha importancia, ya que a una de mis hermanas le crecían unos cuantos vellos, y veía como se los quitaba con pinzas.

¿Has sufrido discriminación por tener barba?

Sí, sobre todo las miradas de extrañeza, de burla, o incluso de miedo. En la escuela sufrí mucho bullying de parte de compañeros cuando notaban que me crecía barba. En todos los trabajos que he tenido es común que me hagan comentarios y preguntas como: “¿Te crece barba?”, “Tienes más barba que yo”, “Pareces hombre”. Las personas son muy repetitivas y siempre preguntan y dicen lo mismo. También recuerdo a una pareja hombre que tuve, que me hacía comentarios como: “parece que estoy besando un hombre”, esta situación ahora me causa gracia, porque después de hacer este tipo de comentarios, seguía besándome.

¿Hiciste algo para eliminarla?

Empecé a quitar los vellos con pinzas y a veces lograba que no se notaran. Algunas veces me rasuraba, porque eran demasiados y no me daba tiempo de quitarlos uno por uno. En alguna ocasión, comencé un tratamiento con pastillas anticonceptivas para tratar de reducir la cantidad de vello, pero no funcionó. Este tratamiento no lo solicité, un médico en una consulta me mando hacer unos estudios hormonales, y luego me envío con una ginecóloga, quien me recetó este tratamiento.

¿Qué te gusta y que no te gusta de tener barba?

Actualmente me gusta cómo se me ve cuando la dejo crecer completa, también la sensación al tocarla. Me alegra que le guste a mi actual pareja. Lo que no me gusta es cuando me crece mucho y empieza a picar y a dar comezón en la piel. Tampoco me gusta tener que quitarla para evitar problemas sociales, son raras las ocasiones en las que la puedo dejar crecer, porque socialmente no está bien visto que una mujer tenga barba, y, por eso, puede resultar peligroso dejarla crecer.

¿Qué te ayudo para aceptar tu barba?

Creo que siempre me gusto, porque recuerdo que me veía al espejo y me gustaba como se me veía, pero las críticas hicieron que comenzara a rechazarla, y quería quitar esa característica de mi cuerpo para evitar el rechazo y el bullying. En un inicio, lo que me ayudó a sobrellevar la situación fue notar que no era la única mujer en la familia a la que le crecía vello facial, después me ayudó encontrar a la comunidad intersexual y en particular a mi actual pareja que también es una persona intersexual, a ella le gusta mi barba, y con el tiempo eso hizo no solo que la aceptara, sino que me gustara.

¿Alguna anécdota que tengas?

Un compañero de trabajo una vez me dijo: “¡tienes barba!” Y yo le dije: “pues sí, ¿qué importa?”. En otra ocasión me dijo: “tienes más vello que yo”, y le contesté: “sí, lo sé, represento mejor la masculinidad que tú”, no esperaba esa respuesta, y solo rio de manera nerviosa, una compañera estaba conmigo, y ambas nos burlamos de su reacción. Desde ese día no me volvió a molestar con eso.

¿En esta pandemia o en otras situaciones has dejado crecer completamente tu barba?

Una vez viajé a Chile con mi pareja a visitar a un amigo, fuimos un par de semanas y aproveché que nadie me conocía para dejar crecer mi barba. Todas las personas simplemente asumían que era un hombre y no tuve problemas.

Con la crisis de COVID-19, comencé a trabajar desde casa desde hace un par de meses, así que he tenido la oportunidad de dejarme crecer completamente la barba y el bigote. Es algo que siempre quise hacer, y me encanta como se me ve. Además, me da una sensación de libertad.

¿Algo más que quieras agregar?

Cuando buscas en internet información de “mujeres con barba”, la mayor parte de la información es patologizante, las mujeres que tienen vello facial/barba son vistas como personas enfermas con “desajustes” o “problemas” hormonales, y la barba siempre se presenta como un problema que “tiene” que ser eliminado. Cuando empecé mi búsqueda, solo encontraba ese tipo de información, así que terminaba pensando que tenía una enfermedad, aunque físicamente me sintiera bien, y terminaba con depresión y angustia. Pero la realidad es que el vello facial y corporal en las mujeres no es una enfermedad, soy una persona bastante sana. Actualmente conozco a muchas otras chicas con barba o vello facial considerado “excesivo”, y ninguna tiene problemas de salud por eso, además de que conocerlas me hace sentir más segura al saber que no estoy sola.

Ser mujer y tener barba, está bien. Ser hombre y tener poca barba – o nada – también está bien. Todas las personas somos diversas, no tenemos que ajustarnos a un estereotipo.

 

Mujeres intersex con barba: Nowaki

  • Para nuestro proyecto “Mujeres intersex con barba” comenzamos entrevistando a Nowaki, integrante de Intersex y Andrógino.

1. ¿A qué edad te comenzó a crecer la barba? ¿Cómo fue para ti?

A los 14 años, fue una sorpresa algo inesperada, porque mi mente me decía que, si era niña, no me debería de crecer.

2. ¿Hiciste algo para eliminarla?

Sí, depilación con pinzas y con cera, que a menudo me provocaban más dolor que satisfacción.

3. ¿Has sufrido discriminación por tener barba?

Sí, en los centros de trabajo comúnmente me piden que me la quite y no me la deje crecer, e incluso, siendo lavatrastes me pedían que me la quitara, lo que siento es algo tonto, porque no tenía contacto directo con los clientes.

4. ¿Qué te gusta y que no te gusta de tener barba?

Me gusta que se me ve genial, también el color que me sale, ya que incluso tengo la barba de diferentes colores. Logro pasar como chico, sí, y lo que no me gusta es que a veces me pica en el cuello y se me pone la piel muy sensible en esa área donde me sale, pero más que nada no me gusta que me pidan que me la quite a cada rato.

5. ¿Qué te ayudo para aceptar tu barba?

Mi pareja y mi amigo “el sabio del agua”.

6. ¿Alguna anécdota que tengas?

Una ocasión, mi pareja me pidió que me la quitara porque estaríamos con su familia, no acepté, pero después entendí la razón, su papá no dejaba de hacer bromas pesadas.

Otra es que un día mi amigo “el sabio del agua”, me vio algo decaída, me llevó a un antro, ahí varios chicos gays me vieron y comenzaron a coquetear conmigo, hasta que se dieron cuenta que no estaba disponible y que era una chica.

También me ha ayudado a que los chicos no se comporten de forma diferente conmigo, en varias ocasiones, al confundirme con un chico, no se han limitado a enseñarme cosas que quiero aprender, como Muay Thai.

7. ¿En esta pandemia o en otras situaciones has dejado crecer tu barba?

En otras situaciones me la he dejado crecer y en esta pandemia también, aunque son comunes los reclamos en mi casa para que me la quite con pinzas y es muy doloroso.

Hubo una ocasión que no tenía trabajo y asistía al gym, me la dejé crecer, nunca se dieron cuenta de que era una chica, y eso hacía que los compañeros no se limitaran en su fuerza o me trataran de menos.

Hubo una época en que me avergonzaba mi barba, pero desde que mi pareja y mis amigos me han apoyado, no he tenido motivos para sentirme menos por tenerla, incluso me causa orgullo tenerla.

* Aquí puedes leer la historia de Nowaki en Brújula Intersexual:

MI HISTORIA INTERSEXUAL: Atrapada en la pubertad

Reflexión del Día de la Madre

La mayoría de las mamás en México son quienes se encargan de múltiples tareas cuidar, educar a sus hijos o hijas, de su salud, del cuidado de la casa, hacer la comida y proveen todo lo que necesitan.

La gran mayoría de las mamás de niños y niñas Intersex son las que buscan ayuda e investigan sobre la variación intersexual de su hija o hijo. Son ellas las que se encargan de llevar a sus hijas o hijos al doctor, de darles el seguimiento a las citas médicas, ellas son las que llevan la responsabilidad de la toma de decisiones con respecto a lo que concierne a la intersexualidad de su hija o hijo.

La etiqueta de mamá lleva muchas responsabilidades, porque les imponemos que sean perfectas cuando no lo son, no lo fueron y no lo serán. Como cualquier ser humano van a cometer errores.

Hay que liberarlas de tantas responsabilidades, demandas y exigencias de perfección. Solo verlas como son, seres humanos imperfectos, pero que hacen lo mejor que pueden con la información y recursos internos y externos con los que cuentan.

Hay que reconocer y ser agradecidas(os) por todo el tiempo, esfuerzo y energía que nos han dedicado.

Nowaki y el comprador: Experiencias Intersex

Experiencia de Nowaki, redactada por Touya Ruren

¿Alguna vez han conocido a una persona que no tuvo una buena primera impresión de ti? Esto me ha pasado muchas veces, pero en esta ocasión sucedió algo muy inesperado, y que ahora mismo les voy a contar.

Primero les comento: Soy una persona que nació con un cuerpo intersexual, me asignaron mujer al nacer, pero desarrollé algunas características consideradas masculinas como más vello corporal y particularmente barba, vivo en el puerto Petrolero del Estado de Michoacán, en realidad es en un pueblo cercano al puerto, donde la información es escasa y a veces mal empleada.

Hace un tiempo, mi familia decidió poner una tienda de abarrotes y me dejó a cargo. Yo era quien se encargaba de surtir la mercancía, atender a los clientes, llevar a domicilio algunos pedidos con la ayuda de una motocicleta Italika negra prestada por mi hermana, y lo más importante: Cuidar que nadie se robara la mercancía. Solía abrir alrededor de las 7 de la mañana y cerrar a las 11 de la noche, justo para atender los pedidos de cerveza que los jornaleros y señores del pueblo llegaban a pedir. La mayoría de mis clientes eran amas de casa, muy abundantes en esta región tropical, niños bastante traviesos, dispuestos a llevarse cualquier golosina que quisieran cuando yo no estuviera cerca para vigilar.

Entonces, un día cualquiera, uno de esos en los que el calor pregonaba en todo el lugar, me encontraba limpiando los productos que había terminado de surtir (en estos lugares se surten a través de los carros repartidores y es necesario que acomodes la mercancía cargándola, en este tipo de trabajos, mi fuerza era de mucha ayuda). A pesar del trabajo, me puse a pasar el rato viendo Facebook, donde me comunico con mis amigos que viven en otros estados de México, además de ser la única red social que uso.

Hubo varios clientes ese día – los niños pidiendo dulces, las mamás apuradas, jóvenes queriendo comprar cerveza y cigarros – pero hubo uno en particular, que fue el causante de mi relato en esta página de Intersex y Andrógino. A este cliente, lo recuerdo muy bien: Tendría entre 20 y 30 años, complexión robusta (no es de extrañarse, vivimos en México y en un pueblo pesquero), no muy alto, quizá de 1.60 metros, tez morena, cabello negro y ojos cafés. Tomó varios productos de los estantes (despensa básica del mexicano), los colocó en el mostrador donde yo me encontraba. Sacó el dinero de su bolsillo y me observaba con intriga, se tomó un momento para darme el dinero, a lo que yo no le di importancia debido a que no era la primera vez que me pasa algo así – muchas personas me observan con intriga -, en ese momento, yo sólo esperaba a que me pagara para darle su cambio, y al momento de hacerlo, mientras acomodaba la mercancía en la bolsa del cliente, él me preguntó con voz entrecortada:

—Oye, ¿puedo hacer una pregunta? — Se rascó la cabeza al decirme esto. Pensé que era algo referente a algún otro producto, o promoción que hubiera, y respondí – Sí, claro.

— ¿Qué eres? — Preguntó firme.

Me mantuve quieta y respondí lo más tranquila posible.

— ¿A qué te refieres?, ¿Acaso soy un bicho raro o un extraterrestre para que me preguntes algo así? — .

— Sí… es que no sé si eres un chico o una chica— dijo mientras ponía una sonrisa nerviosa.

— ¿Importa? Se llevará los productos, no a mí— Respondí algo divertida.

— Es que, con todo respeto, tu voz es de mujer, pero tu apariencia es de un chico—

Sinceramente no quise responder groseramente, él seguía esperando una respuesta y me parecía algo absurdo responder eso a alguien extraño, pero no dudé más tiempo para terminar con aquella extraña conversación.

— Pues según mis documentos, dicen que soy mujer— dije.

— Pero te sale barba… ¿O te inyectas? — el cliente insistió.

“¿En serio?”, pensé, trataba de no reírme, a él también le salía barba y dudo que se ponga algo, o tal vez sí, y estoy cayendo en el error de juzgar a alguien, aunque para ser sinceros, a estas alturas se piensa en muchas cosas, después de todo, esas preguntas fueron muy tontas. Sin embargo, respondí aún sin perder la calma.

— Yo no me pongo nada, es natural— finalmente respondí de manera tranquila.

— ¡Vaya, tienes más que yo!, jajaja— el cliente comenzó a reírse tranquilamente, como si fuera algo alivianado.

— Exacto, y si descubre cómo, cuando quiera yo le paso un poco de la mía— Solté una carcajada, ya que, para mí, eso era una conversación graciosa.

El cliente se rio mientras tomaba sus bolsas con la mercancía, claro, después de pagarme y de darle su cambio exacto.

— Que bueno que te lo tomes así, eh, mis respetos para ti— Fue lo último que dijo antes de marcharse.

Esto me lleva a una reflexión: No debemos caer ante las provocaciones y, desde luego, no ser groseros con las personas a nuestro alrededor, quizás si esto me hubiera pasado antes de entender mi situación como persona intersexual o incluso en otro momento, me hubiera alterado o dado un bajón emocional al sentirme diferente. Pero ahora no, basta de dejarnos victimizar, aun si otras personas nos quieren ver cómo “diferentes”.

El ejemplo anterior con el cliente, es lo que se le llama ser “asertivos”, esto consiste en no ser agresivos ni pasivos, es incluso tomar con humor las críticas que nos hacen, sentirnos orgullosos de nuestras diferencias y nunca tomar algo como personal, a lo mejor, después de nuestra conversación, ese cliente termine tomando hormonas para ponerse más barbón.. o ¡Quizás hasta me pida un trasplante de barba!, eso no lo sabemos, pero lo que sí, es que no hay que caer en lo mismo de juzgar a quien nos juzga, a lo mejor, puede salir un resultado favorable, ¿y por qué no? Ganar un amigo o un aliado.

Esto es todo por este relato, nos estaremos leyendo en otro.

Otros textos de Nowaki:

De religión e intersexualidad (Brújula Intersexual)

MI HISTORIA INTERSEXUAL: Atrapada en la pubertad (Brújula Intersexual)

Un día cualquiera en el trabajo

omficina

Estaba en la oficina donde trabajo, era un día caluroso de verano, y buscando un poco de aire fresco me senté cerca de una puerta que daba al exterior, enseguida se acercó un compañero y se sentó a mi lado. A mi compañero le llamare Paco. Paco es un chico típico, y le gusta hacer bromas de todo tipo, con frecuencia se burla de otros compañeros de trabajo, y también de él mismo. Ese día Paco y yo estábamos hablando de temas triviales, cuando de repente dirigió su mirada a mi barbilla, que, aunque había rasurado hace poco, se podían notar las barbas que comenzaban a salir, y señaló: “¡oh! ¡tienes más barba que yo! Tenía en su cara una expresión de burla y en seguida soltó una risa nerviosa. Muy tranquila respondí: “sí, tengo más que tú…”, y ahí quedó la conversación. De vez en cuando Paco me hacia comentarios de ese tipo, a los que yo siempre respondía con tranquilidad. Otro día me dijo: “Tienes más vello en los brazos que yo”, a lo que respondí: “¡Lo sé, represento mejor la masculinidad que tú!” [o por lo menos, lo que muchos hombres suponen que es la masculinidad] Él pensaba que iba a molestarme o vulnerarme con su comentario sobre mi vello corporal, o esperaba una respuesta diferente, pero al responderle eso, simplemente lo deje sin palabras. Me di cuenta de que él se sentía acomplejado con “su masculinidad”. Incluso, estaba otra chica ahí, escuchó todo esto y finalmente nos reímos los tres, aunque noté que la risa de Paco era una risa bastante nerviosa. Desde entonces, Paco no me ha vuelto a hacer un comentario similar.

Si es la primera vez que entran al blog y leen lo anterior, es posible que no encuentren nada inusual. Sin embargo, todo cambia si les digo que soy una mujer, una mujer intersexual, y sí, una mujer a la que le crece barba y que tiene más vello corporal de lo usual, esto debido a que de manera natural tengo niveles de testosterona considerados más altos que los de una mujer típica. Durante mucho tiempo, sobre todo en la adolescencia, no entendía lo que le pasaba a mi cuerpo, el porqué era diferente al de las otras chicas, y cuando recibía esta clase de comentarios, solo agachaba la cabeza y no decía nada, pero ahora, después de reflexionar sobre esto, de sanar el punto de vista que tenía sobre mi cuerpo, de querer modificarlo, puedo decir que me gusta mi barba, me gusta como soy, incluso me gustaría dejar mi barba crecer. Sin embargo, tengo que quitarme la barba por seguridad, para evitar agresiones tanto verbales como físicas. Espero que llegue el día en que pueda dejar crecer mi barba sin que mi seguridad e integridad física esté en riesgo.