- Para nuestro proyecto “Mujeres intersex con barba” entrevistamos a Mar IS, coordinadora de Intersex y Andrógino.
¿A qué edad te comenzó a crecer la barba? ¿Cómo fue para ti?
Me empezó a crecer como a los 13 años. Al principio apenas si se me notaba la barba, ya que los vellos eran delgados y largos, luego empezaron a hacerse más gruesos y a salir cada vez más. Al principio no le daba mucha importancia, ya que a una de mis hermanas le crecían unos cuantos vellos, y veía como se los quitaba con pinzas.
¿Has sufrido discriminación por tener barba?
Sí, sobre todo las miradas de extrañeza, de burla, o incluso de miedo. En la escuela sufrí mucho bullying de parte de compañeros cuando notaban que me crecía barba. En todos los trabajos que he tenido es común que me hagan comentarios y preguntas como: “¿Te crece barba?”, “Tienes más barba que yo”, “Pareces hombre”. Las personas son muy repetitivas y siempre preguntan y dicen lo mismo. También recuerdo a una pareja hombre que tuve, que me hacía comentarios como: “parece que estoy besando un hombre”, esta situación ahora me causa gracia, porque después de hacer este tipo de comentarios, seguía besándome.
¿Hiciste algo para eliminarla?
Empecé a quitar los vellos con pinzas y a veces lograba que no se notaran. Algunas veces me rasuraba, porque eran demasiados y no me daba tiempo de quitarlos uno por uno. En alguna ocasión, comencé un tratamiento con pastillas anticonceptivas para tratar de reducir la cantidad de vello, pero no funcionó. Este tratamiento no lo solicité, un médico en una consulta me mando hacer unos estudios hormonales, y luego me envío con una ginecóloga, quien me recetó este tratamiento.
¿Qué te gusta y que no te gusta de tener barba?
Actualmente me gusta cómo se me ve cuando la dejo crecer completa, también la sensación al tocarla. Me alegra que le guste a mi actual pareja. Lo que no me gusta es cuando me crece mucho y empieza a picar y a dar comezón en la piel. Tampoco me gusta tener que quitarla para evitar problemas sociales, son raras las ocasiones en las que la puedo dejar crecer, porque socialmente no está bien visto que una mujer tenga barba, y, por eso, puede resultar peligroso dejarla crecer.
¿Qué te ayudo para aceptar tu barba?
Creo que siempre me gusto, porque recuerdo que me veía al espejo y me gustaba como se me veía, pero las críticas hicieron que comenzara a rechazarla, y quería quitar esa característica de mi cuerpo para evitar el rechazo y el bullying. En un inicio, lo que me ayudó a sobrellevar la situación fue notar que no era la única mujer en la familia a la que le crecía vello facial, después me ayudó encontrar a la comunidad intersexual y en particular a mi actual pareja que también es una persona intersexual, a ella le gusta mi barba, y con el tiempo eso hizo no solo que la aceptara, sino que me gustara.
¿Alguna anécdota que tengas?
Un compañero de trabajo una vez me dijo: “¡tienes barba!” Y yo le dije: “pues sí, ¿qué importa?”. En otra ocasión me dijo: “tienes más vello que yo”, y le contesté: “sí, lo sé, represento mejor la masculinidad que tú”, no esperaba esa respuesta, y solo rio de manera nerviosa, una compañera estaba conmigo, y ambas nos burlamos de su reacción. Desde ese día no me volvió a molestar con eso.
¿En esta pandemia o en otras situaciones has dejado crecer completamente tu barba?
Una vez viajé a Chile con mi pareja a visitar a un amigo, fuimos un par de semanas y aproveché que nadie me conocía para dejar crecer mi barba. Todas las personas simplemente asumían que era un hombre y no tuve problemas.
Con la crisis de COVID-19, comencé a trabajar desde casa desde hace un par de meses, así que he tenido la oportunidad de dejarme crecer completamente la barba y el bigote. Es algo que siempre quise hacer, y me encanta como se me ve. Además, me da una sensación de libertad.
¿Algo más que quieras agregar?
Cuando buscas en internet información de “mujeres con barba”, la mayor parte de la información es patologizante, las mujeres que tienen vello facial/barba son vistas como personas enfermas con “desajustes” o “problemas” hormonales, y la barba siempre se presenta como un problema que “tiene” que ser eliminado. Cuando empecé mi búsqueda, solo encontraba ese tipo de información, así que terminaba pensando que tenía una enfermedad, aunque físicamente me sintiera bien, y terminaba con depresión y angustia. Pero la realidad es que el vello facial y corporal en las mujeres no es una enfermedad, soy una persona bastante sana. Actualmente conozco a muchas otras chicas con barba o vello facial considerado “excesivo”, y ninguna tiene problemas de salud por eso, además de que conocerlas me hace sentir más segura al saber que no estoy sola.
Ser mujer y tener barba, está bien. Ser hombre y tener poca barba – o nada – también está bien. Todas las personas somos diversas, no tenemos que ajustarnos a un estereotipo.
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